Luthier de Charallave solicita un espacio para su arte

Caracas, 26 Abr 2006. ABN (Joaquín Pereira).- Uno de los objetivos de la política cultural del gobierno nacional es apoyar a aquellos artistas populares que han sido excluidos tradicionalmente de las políticas públicas.

Esta visión es compartida por la coordinación de cultura de la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), que no hace distinciones entre lo que antes se llamaba arte mayor y arte menor, y se ha dedicado a difundir las historias de los talentos autóctonos de las distintas regiones del país.

Uno de estos casos es el de Francisco Sestares, un fabricante o luthier de arpas, nacido hace cincuenta años en la población de Charallave del Estado Miranda.


Menor de los varones de 17 hermanos, desde muy pequeño demostró tener una habilidad extraordinaria con las actividades manuales y con la creación. Con apenas 14 años construyó su primer instrumento sin contar con un modelo a seguir.

“Lo gracioso es que le puse las cuerdas al revés”, recordó Sestares y agregó que se esa primera arpa aprendieron a tocar algunos músicos venezolanos destacados, como es el caso de Joseito Herrera, actual coordinador de cultura de la zona de Charallave y quien se ha destacado en interpretar música llanera.

Por más de treinta años este sencillo pero sabio cultor popular ha construido una gran cantidad de ese instrumento que le da ese sonido tan característico a la música venezolana.

Lamentablemente las manos del artista se vieron limitadas cuando gobiernos anteriores al actual le prometieron el otorgamiento de un crédito para seguir con su trabajo y lo defraudaron, haciendo hasta perder sus queridas herramientas con las que desarrollaba su arte.

Desde entonces sobrevive realizando un sinfín de actividades producto de su inagotable creatividad: Desde constructor de casas hasta técnico electromecánico.

Su inventiva es tal que ha desarrollado técnicas especiales para la construcción de arpas que las hacen más sólidas y con mejor sonoridad.

Uno de estas ideas, que aún no ha registrado, consiste en la elaboración de un curioso aditivo que le facilita la ejecución del instrumento al arpista en cualquier posición, sea sentado o parado, sin tener que estar apoyando rodando la base del arpa por el suelo.

Sestares confesó que uno de sus sueños era transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones de luthiers criollos, pero con un aire de tristeza dijo que todo se había convertido en fantasías puesto que no había recibido el apoyo de nadie para llevar adelante este proyecto.

“Construir instrumentos musicales es lo que más me gusta a mí. La cultura no es sólo presentar eventos de vez en cuando. Hay que promover más el arte de nuestro pueblo”, afirmó.

Los interesados en apoyar a este mago de la madera y de la música pueden contactarlo a través del número telefónico 0414 187 08 96, o dirigirse directamente a su residencia ubicada en la población de Charallave, a una hora de Caracas, específicamente en el sector El Campito, detrás del comando de la policía. “Allí donde están los talleres… al lado de la tasca de la guayanesa”, explicó el luthier.

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